27.12.12

Hola a todos

Cuando leíais esto ya estaré en el campamento de navidad, ya se que esta frase os sonara por alguna película o libro que sale esta escena, pues lo que os estaba diciendo ahora mismo estoy en el campamento ya que ayer por la tarde estuve escribiendo esta entrada y progamandola para dejaros un ultimo relato hasta que regrese el día 29 que como llegare cansado, no me pondre en ello hasta el 30 pero como muy tarde tendréis noticias mías el día 1 de enero con un nuevo relato que espero que os guste tanto o mas que este que os dejo a continuación



El amor


No sabía de su verdadero significado hasta hace cuatro años. Cuando descubrí ese sentimiento hacia una chica que era algo mas joven que yo. Tenía tres años menos que yo pero no es un impedimento para tener una relación, ya que se dice “en el amor la edad no importa” claro que no, porque lo que hace que surja ese sentimiento entre dos personas es el propio amor que alberga en el corazón. Ella a pesar de la edad demostraba una gran madurez. Yo en cambio manifestaba todo lo contrario una inmadurez no habitual en mi edad de 16 años, cosa que a las chicas no les gusta de un chico y por ese y más motivos de mi físico nunca había tenido suerte en el campo del amor. Hasta el mismo día que la conocí, nada mas verla mi corazón se acelero y supe que era lo que esperaba desde hace mucho tiempo “mi primer amor” en ese momento me aferre a la idea de llegar a tener algo con ella, pero lo tenia muy complicado. Porque pensaba “quien se va a fijar en mi” los días de verano fueron pasando sin hablar casi con ella, lo que hacíamos era solo jugar y jugar como críos.

Llego el día en el que se iba a su ciudad ya que no vivía en el mismo lugar que yo. No había sabido aprovechar bien los días, pero me tranquilizaba la idea de que no seria la única oportunidad que tendría, porque volvería en más de una ocasión. La próxima vez sería dentro de unos meses al cubrir a la ciudad de luces y adornos navideños, la época en la que muchos estaban muy unidos en familia y otros pocos aunque tuvieran a su familia se sentían demasiados solos. Faltaba menos de una semana para que la volviera a ver de nuevo, la chica que me robo el corazón desde el primer día, en esa semana me arme del suficiente valor como para derrotar a un ejercito entero de soldados. El tiempo paso con rapidez hasta el día de noche vieja. La esperaba con impaciencia, como cuando un niño en noche buena se impacienta porque llegue el día siguiente en el que abrirá los regalos, pues yo tenia esa misma impaciencia alegre.

Quede con ella el día después a la noche vieja, las cosas cambiaron ya no jugábamos como meses anteriores si no que caminábamos por la ciudad mientras hablábamos de miles de temas cada unos mas interesante que el otro, los demás días no cambiaron mucho. Había planeado manifestarle mis sentimientos hacía ella un día antes de su marcha. Estábamos en otro lugar distinto al de resto de días, ella se extraño el cambio tan repentino de pasear al de estar en precioso jardín de, todo iba bien casi me había declarado y sabia que ella se olía algo de lo que estaba a punto de pasar, nuestras caras estaban muy cerca la una de la otra, la suya se iba acercando hacia la mía, ya había cerrado los ojos la tenia encima mía en unos segundos nuestros labios estarían rozándose y intercambiando sentimientos pero no pude con tanta presión que me aparte.

Nos miramos durante unos instantes que se hicieron eternos y nos fuimos. De camino a casa no paraba de maldecirme mil y una veces lo estúpido que había sido al desaprovechar una ocasión tan buena que nunca se volvería a repetir ya que a la próxima vez tendré que crear yo el momento aun arriesgándome que ya no quiera nada conmigo y me odiara toda mi existencia.

Este mismo relato tambien lo teneis en mi otro blog Un Mundo por Descubrir

Hasta la vuelta.

Sayonara

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